Somos una cooperativa de trabajo

A comienzos de junio de 2019 la oficina de Dirección de Cooperativas y Mutuales – Delegación Zona Andina nos entregó los papeles provenientes del INAES, en los que se acredita formalmente que podemos funcionar como una cooperativa de trabajo. Esto nos convirtió en la primera Cooperativa de software en Bariloche y la segunda en Río Negro. Pero sobre todo, nos abrió un mundo de redes de trabajo mancomunado con otras cooperativas de tecnología y con nuestra comunidad.

El recorrido

Si bien estamos operativos hace muchos años, en 2017 nos planteamos la necesidad de constituirnos bajo una figura que nos permitiera ser una entidad y no sólo un grupo de siete personas trabajando juntas.

Tocamos algunas puertas, leímos y charlamos, hasta que una compañera dijo “Deberíamos ser una cooperativa, en la práctica estamos funcionando como tal, porqué no averiguamos”, y así fue como coordinamos una charla con Leandro Monk, presidente de FACTTIC – Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología innovación y Conocimiento. Él nos dio el primer pantallazo sobre el ecosistema cooperativo y sobre todo nos hizo "LA" pregunta. ¿Por qué quieren ser una cooperativa?

Nos llevamos esa tarea a casa, pensarnos. Reafirmamos la idea de fortalecer un camino que habíamos arrancado intuitivamente, compartir las decisiones y las estrategias para desarrollarnos profesionalmente. Es decir, manejar el timón entre todos/as, y poder estar para sostener y potenciar el camino con compañeros y compañeras.

En enero de 2018 dimos inicio a los trámites, el proceso nos dio algo de ansiedad, tuvimos que leer, escribir, presentar, corregir, volver a presentar. Pero también nos fue enseñando, empezamos a experimentar, de verdad, que éramos una cooperativa en formación. Lo más importante fue que la voz de cada uno/a se fue haciendo más fuerte. Fuimos asumiendo un rol y sentimos el orgullo y la responsabilidad de ser parte de este proyecto.

Mucho más que ponerse la camiseta

Finalmente llegaron los papeles, el punto de partida para desplegar planes que teníamos en mente y otros que fueron surgiendo en el camino. Dimos un gran paso al desarrollar proyectos más complejos que requerían organización con otros equipos y, en algunos casos, el trabajo en otro idioma por estar ubicados en el extranjero. 

Internamente, el Consejo se fortaleció y tomó la posta para avanzar en iniciativas importantes. Creamos un reglamento interno para delimitar nuestra normativa y reglas de convivencia, así como para establecer derechos, como licencias por maternidad, paternidad y vacaciones. Nos organizamos en comisiones de trabajo por temáticas, para concretar definiciones alcanzadas en las asambleas, y entre las decisiones más importantes, tomamos la de crecer sumando a tres nuevos compañeros. 

Por otro lado, a nivel intercooperativo, entendimos que hay un circuito en crecimiento, que se mueve reticularmente a la hora de resolver problemas o abordar políticas. Así como apostamos a tender puentes y sostenernos solidariamente a nivel grupal, decidimos replicarlo y trabajar de manera colaborativa a nivel intercooperativo. Por este motivo nos asociamos a FACTTIC y FeCoRN (Federación de Cooperativas de Río Negro), y empezamos a participar de la red de cooperativas tecnológicas del país.

Haciendo un balance, advertimos que falta mucho por recorrer, pero también, que este caminos ya nos ha enseñado lecciones importantes. Sobre todo, reafirmamos que estamos donde queremos estar, convencidos de querer sostener lógicas laborales contrarias a la explotación, y en las cuales estemos constituidos como sujetos de acción que se mueven con otros y otras. Por eso decimos, "esto es mucho más que ponerse la camiseta… es fabricarla".